GUADALAJARA

Al día siguiente un avión aterrizaba en la ciudad de Guadalajara en punto de las 8:30 de la mañana, Abbey llegaba a la perla tapatía con un malestar medianamente intenso. “La venganza de Moctezuma” le decían por redes sociales, a lo que ella comento: “yo que le hice a ese pinche pendejo, no conoce aún la venganza de Abbey”.

Después de una mañana de cuidados y descanso, logró tener una mejoría y como toda una profesional y a pesar de no encontrarse al 100% bien, se dirigió a La borra del café, donde la gente ya esperaba.

Con un público comprensivo ante el malestar que ella anunció antes de empezar, daba inicio el recital, donde entre risas y un poco de fiebre logró emocionar a todos y cada uno de los asistentes, quienes fueron partícipes de la serie de preguntas y respuestas y el Open Mic, que sirvió para que nuestra Host tuviera un breve descanso mientras escuchaba los poemas de los valientes participantes.

Al ritmo de un calor que nadie -fuera de los lugareños- esperaba, se dio paso a la firma de libros y esta vez también ¡un ukelele!, y en donde una vez más -como en Monterrey y Puebla- Abbey terminaba con más regalitos para meter a la maleta y dejaba un cachito de su corazón en cada uno de los abrazos dados a los asistentes.

Después de un día que por razones físicas había resultado agotador, llegaba la hora de tomar un merecido descanso para reponer fuerzas totalmente y demostrarle a Moctezuma que Abbey, podía más que una ‘pinche venganza’.  

Es así como con la nostalgia de realizar el 3er recital en nuestro país y ver cada vez más de cerca el final de la gira, terminaba la visita de Abbey por la ciudad de Guadalajara, para embarcarse muy temprano al día siguiente con rumbo a la capital del país, prometiendo a los tapatíos volver sin efectos de ninguna extraña venganza mexicana.

📷: @oniriarecords

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